Esta receta la preparé por primera vez hará un par de años para una reunión – merienda que celebramos en casa con un grupo de amigas. Prometí subir la receta al blog, pero no lo he hecho hasta ahora. Dicen que más vale tarde que nunca, ¿no?
La receta original la copié de Missis, una internauta del foro Mundorecetas.
La focaccia (/focacha/, ‘hogaza’ en italiano) es una especie de pan plano que puede estar cubierto con hierbas, aceitunas, etc.
Es un plato muy tradicional de la cocina italiana muy relacionado con la popular pizza. Se puede comer solo, para acompañar embutidos o quesos, o también lo podemos rellenar.
Ingredientes:
Preparación previa:
- 1/2 vaso de aceite con 3 dientes de ajo machacados y varias ramitas de romero fresco. Lo dejamos macerando durante unas horas.
Para la masa madre:
- 100 gramos de agua
- 165 gramos de harina de fuerza
- 5 gramos de levadura fresca
- 1 cucharadita de azúcar
Para la masa de la focaccia:
- 260 gramos de agua
- 20 gramos de levadura fresca
- 50 gramos dela ceite macerado
- 450 gramos de harina (podríamos necesitar un poco más)
- 10 gramos de sal (equivale a una cucharadita de postre)
Al final:
- sal Maldon (para espolvorear al final)
Preparación:
Colocamos en un bol todos los ingredientes de la masa madre y los amasamos con las manos hasta formar una bolita.
Pasamos esta bolita a otro bol con agua templada y la dejamos 15 minutos. La bola se hundirá, y transcurrido este tiempo saldrá a la superficie fermentada y lista para utilizar.
Seguidamente ponemos en la encimera o en la amasadora los ingredientes para la focaccia. Hacemos un volcán con la harina y en el centro añadimos el agua templada con la levadura disuelta, el aceite macerado y la sal que en vez de echarla en el líquido la echaremos en la harina para que no afecte a la levadura.
Amasamos unos minutos y añadimos la bola de masa madre fermentada.
Amasamos de nuevo todo junto, si necesitamos más harina la vamos añadiendo poco a poco hasta conseguir una masa no demasiado pegajosa.
La metemos en un bol grande, la tapamos con film transparente y la dejamos levar hasta que haya duplicado su volumen.
Una vez que ha levado la sacamos y la amasamos sobre la mesa enharinada, lo justo para desgasificarla.
Enharinamos la bandeja del horno o ponemos un papel para horno y ponemos la masa dentro. La dejamos reposar unos 10 minutos para que la masa se relaje y no encoja cuando la vayamos a estirar.
Le damos la forma de la bandeja con las manos o con el rodillo, yo he preferido utilizar las manos. No importa la perfección, ya que es un pan rústico.
Vertemos el aceite macerado sobre la masa sin los ajos pero con el romero. No añadiremos todo, dejaremos un dedo o dos de aceite en el vaso para añadírselo al final.
Ahora hundir los dedos de ambas manos en la masa para que penetre el aceite. Sin miedo, llegando a tocar la bandeja. Dejar los agujeros asi como queden.
Dejamos reposar la masa de nuevo unos 45 minutos sin tapar. Cuando la masa esté casi lista ir precalentando el horno a 240-250ºC.
Cuando hayan pasado los 45 minutos cojeremos la bandeja con la masa, que habrá levado y estará espectacular y la meteremos en el horno durante 15 minutos. Para óptimos resultados pulverizaremos las paredes del horno con agua al meter la bandeja con la masa y otra vez pasados dos minutos.
Pasados los 15 minutos y una vez dorada la focaccia la sacamos del horno y la rociamos con el aceite macerado que habíamos reservado. Para no ponerle demasiado aceite lo he puesto con un pincel de cocina. Después la espolvoreamos con las escamas de Sal Maldom.
Se puede comer tan pronto como deje de quemar.