- 400 gr. de pasta (se suele usar spaghetti o penne, pero yo tenía garganelli y los he usado)
- 1 lata de tomate natural triturado y un poco de salsa de tomate casera.
- 1 cebolla
- 2 berenjenas
- 2 dientes de ajo
- albahaca fresca
- aceite
- sal
- pimienta
Preparación:
Lavamos las berenjenas y las cortamos a rodajas o a cuadraditos no muy pequeños y las dejamos un rato en un escurridor sazonadas con sal para que suelten el jugo amargo. Luego lavamos y secamos bien las berenjenas para que no salpiquen al freírlas.
En una sartén con abundante aceite caliente, freír pocas berenjenas a la vez, para evitar que se pongan una encima de otra. Dejarlas escurrir en papel de cocina, salándolas según se vayan sacando del aceite. Reservar.
Mientras, preparar la salsa de tomate. En una sartén calentar un poco de aceite de oliva y echar los dientes de ajo pelados, dejarlos dorar y luego quitarlos. A continuación doramos la cebolla cortada muy fina. Le añadimos el tomate triturado, algunas hojas de albahaca fresca, sal y pimienta y dejar a fuego media hasta que la salsa espese. El tomate triturado no es como el tomate frito, que es más espeso, por tanto será necesario mínimo media hora de cocción. Cocemos la pasta al dente, la escurrimos bien , y le echamos encima la salsa de tomate y las berenjenas fritas (bien escurridas de aceite).
Se debe espolvorear con queso ricotta, pero yo he usado parmesano, que es el que tenía en casa. Además, también es italiano, ¿no?