En verano, con el calor, apetecen ensaladas y platos fresquitos. Aquí tenéis un entrante ideal para una cena veraniega. Si tenéis invitados, queda de lo más resultón, y se prepara en un momento.
Si no habéis probado el calabacín crudo os lo recomiendo. Tanto en rodajas finitas como en tipo spaghetti, con el spiralizer, nos encanta.
Ingredientes:
- Un calabacín (yo prefiero la variedad de color más blanco).
- Queso curado ( en nuestro caso, por supuesto, queso de Menorca).
- frutos secos (anacardos, pistachos, avellanas, almendras, piñones,…uvas pasas)
- aceite de oliva.
- albahaca (fresca o seca)
- pimientas variadas (rosa, negra,…).
- sal.
- vinagre de Módena (opcional).
Preparación:
Limpiamos bien el calabacín y sin pelarlo, lo cortamos en rodajas muy finas, preferiblemente con una mandolina. Si no tenemos, podemos probar con un cuchillo bien afilado, aunque la gracia de este plato es que las rodajas de calabacín sean ultrafinas.
Las colocamos en un plato de forma armoniosa, a continuación condimentamos con sal, pimienta variada recién molida (mezcla de pimientas o pimienta negra, al gusto) y albahaca picadita (si es fresca mucho mejor).
Rallamos el queso curado y lo repartimos por encima, y añadimos también los frutos secos picaditos. Los frutos secos quedarán más sabrosos si antes los tostamos ligeramente en una sartén sin engrasar, a fuego suave.
Este plato admite los ingredientes que queramos. En este caso, también le he puesto uvas pasas moscatel troceadas.
En un vaso aparte emulsionamos vinagre de Módena con aceite de oliva y finalmente, regamos el carpaccio generosamente. Yo le he puesto muy poquito vinagre de Módena, para que no destacara el sabor. También lo he probado sin vinagre, solo con aceite y estaba delicioso.
Reservamos en la nevera y servimos bien fresquito. Antes de sacarlo a la mesa lo he vuelto a regar con un hilo de aceite de oliva.