Hoy he preparado palos, profiteroles, chulecrems, pistolitos, lowbeds, …
Habrá pocos postres con tantos nombres como éste, de hecho no sabía ni que nombre ponerle al título del post. Finalmente he optado por el nombre más usado en casa: palos. Aunque quizás el más popular o conocido por todos sea el de profiteroles. Les llamemos como les llamemos están muy ricos.
Esta receta me la dieron Simón y Paqui, unos amigos de Mahón, aunque la autora original de la receta es su abuela Gloria Mercadal Cubí.
Muchas gracias por dejarme cotillear las recetas de vuestra abuela, como podéis ver, les estoy sacando un buen provecho.
Ingredientes:
- 100 gramos de agua
- 100 gramos de harina
- 50 gramos de manteca de cerdo
- 3 huevos
- azúcar glass para espolvorear
Preparación:
Hervimos en un cazo el agua con la manteca y después le añadimos la harina. Mezclamos bien y retiramos del fuego. Cuando la masa esté tibia vamos añadiendo los huevos de uno en uno mezclándolo muy bien.
Con una manga pastelera (o con una cuchara si nos parece más cómodo) vamos formando pequeños montoncitos de masa sobre una bandeja de horno. Cocemos al horno a una temperatura alta. Algunas veces, con el cambio de temperatura al sacarlos del horno se pueden desinflar, y quedar poco presentables. Podemos evitarlo si cuando apagamos el horno, lo abrimos, pero los dejamos dentro un par de minutos, para que se vayan aclimatando al cambio de temperatura y no sea un cambio tan brusco.
Una vez hayan enfriado los abrimos con un cuchillo afilado y rellenamos de crema pastelera o de lo que nos apetezca. Finalmente espolvoreamos de azúcar glass generosamente (tened en cuenta que la masa no lleva azúcar).