Una de las recetas más clásicas de preparar los mejillones, pero que suele gustar a todo el mundo. Resulta muy sabrosa y la salsa está tremenda, no puedes parar de mojar pan.
Ingredientes:
- 1 kilo de mejillones
- 1 cebolla
- 1 pimiento rojo
- 1 diente de ajo
- 1 tomate maduro pelado y despepitado.
- vino blanco
- 20 ml de salsa de tomate
- pimentón dulce (o picante si os gusta). Si sois muy del picante también le podéis añadir un poco de pimienta cayena.
- agua de cocer los mejillones
- 1 hoja de laurel
- sal y pimienta
- 1 cucharada de postre de maicena por si la salsa queda demasiada líquida (opcional).
Preparación:
Limpiar bien los mejillones debajo del grifo.
En una cazuela grande con un chorrito de vino blanco y un poco de sal y pimienta poner a cocer los mejillones. Cazuela tapada, tardan un par de minutos en abrirse. Una vez se han abierto retirar la cazuela del fuego.
Retirar los mejillones y colar el agua pasándola por un colador muy fino para retirar la suciedad. Reservar el caldo y reservar los mejillones.
En la misma cazuela que vayamos a servir los mejillones preparar el sofrito. Para ello, poner un par de cucharadas de aceite de oliva y pochar cebolla picada y pimiento rojo picado. A fuego lento y sin prisa.
Una vez bien pochado añadiremos tomate natural maduro cortado a dados y sin piel ni semillas. Cocer bien el tomate. Luego añadir el pimentón, los mejillones reservados, un poco de vino blanco, la cucharada de tomate frito y el agua de los mejillones que necesitemos. Vamos añadiendo el vino y el líquido de cocer los mejillones hasta conseguir una salsa que no sea demasiado líquida. Dejamos al fuego unos minutos con la cazuela destapada para reducir el caldo. Tapar la cacerola y apagar el fuego dejando que los sabores se integren.
Finalmente espolvorear un poco de perejil fresco picado.
Como ocurre con todos los guisos, estos mejillones con tomate a la marinera mejoran si se preparan de un día para otro.
Celíacos: receta apta.